Charles Lindbergh Hotel Geneve Mexico City en Ciudad de México

Tenía 25 años cuando se atrevió a realizar la hazaña que lo hizo famoso.
Charles Lindbergh cruzó el mar Atlántico en un vuelo sin escalas de Nueva York a París el 20 de mayo de 1927.

Después de esa maravillosa hazaña se le rindieron varios homenajes en distintos países y México no podía ser la excepción, por lo que se hicieron todas las gestiones para hacerlo venir a la Ciudad, viaje que le tomó 27 horas hasta llegar al puerto aéreo en los llanos de Balbuena, el 14 de diciembre de 1927.
Ahí esperaban su arribo el embajador de Estados Unidos Dwight W. Morrow con su esposa Elizabeth, y el presidente Plutarco Elías Calles, con su gabinete.

El homenaje incluyó funciones de cine con vistas de la recepción del héroe en Nueva York, y un acto realizado por niños en el Estadio Nacional, con tablas gimnásticas y un coro de seis mil voces. Bailaron 800 niñas vestidas de tehuanas. La Asociación Nacional de Charros le hizo un agasajo y el Gobierno del Distrito Federal lo honró al darle el nombre de Carlos Augusto Lindbergh al foro de la recién terminada colonia Hipódromo Condesa.

Esa no fue la única ocasión en la que Lindbergh visitó la Ciudad de México, en 1928 regresó para visitar a Anne Morrow, la hija del embajador de Estados Unidos. En esa ocasión se hospedó en el Hotel Geneve, que se ubicaba a una cuadra de la casa de los Morrow, y donde además contaba con la ventaja de la posibilidad de comunicarse en inglés con los miembros de la familia Gore.

Años después, el 9 de febrero de 1953 Mr. y Mrs. Lindbergh, procedentes de Illinois, se instalaron en la habitación 260 del Hotel Geneve.